Papel contac - Parte II

Estimado lector, como podrá imaginarse después de leer el título esta es la segunda parte de una historia que comencé días atrás, si usted no la leyó se recomienda que lo haga, mas puede no hacerlo, tampoco es algo tan complejo. De cualquier manera, para mayor comodidad aquí le dejo el link: Papel contac - Parte I
Si hubiera publicado esta parte de la historia como lo había prometido, es decir, un día después de la primera, se habrían perdido del documento gráfico que ahora la acompaña. El viernes antes de salir para el trabajo, mientras me ponía el pantalón, cayeron de los bolsillos unas monedas que fueron rodando hasta esconderse debajo de esa mesita de teléfono que no se qué hace en mi cuarto. Al correrla me tope con este carné que ya había olvidado y creía nunca más iba a encontrar.

Papel contac(t)* - Parte I

* La "t" se escribe mas no se pronuncia, en adelante se omite.


Hace poco mi madre empezó a leer este blog; los anteriores no los leía y es mejor que sea así, estoy seguro de que no le habrían caído en gracia. 
Yo la quiero a mi madre, pero hay cosas en las que nunca nos vamos a entender. Esta mañana me escribió para contarme que había hablado con Pancho, mi hermano ("Kanchelskis"), que estaba bien, que ahora andaban por Tucumán en un camping  y que hoy seguían su periplo hasta encontrar un pueblito más acogedor. Hasta ahí la conversación iba bien, después me dijo que había leído la última entrada, que le había gustado pero que le pareció un poco larga y entreverada, lo acepto. Dijo también que le había gustado "la de las consciencias", lo cual me sorprendió, hasta que finalmente llegamos al momento clave, cuando me dijo que no le había gustado mi bio, sus palabras fueron:  "me parece patético". Me enojé, se lo dije, y también le advertí que iba a escribir sobre ella, le dije hasta el título, porque hace tiempo que pensaba escribir esta historia y bueno, hoy, un martes, un lunesmartes del gris mes de mayo cuadró para que así fuera.

La entrada imposible

Originalmente esta entrada iba a tratar sobre la extraña relación entre uruguayos y argentinos. Todo empezó a raíz de una discusión en el blog de Francesc, la sensación de que las cosas buenas uruguayas son rioplatenses, las cosas buenas argentinas son argentinas. Me pareció un buen disparador hablar de la nota sobre Mujica que apareció en la Orsai N2, que por alguna razón es de las más comentadas. Me quedó la sensación de que -más allá de EL ERROR de la nota- había cosas que no cerraban, Mujica mismo no me cierra, pero eso quedara para otro momento, o no. El asunto es que una cosa fue mutando en otra y esto se transformó en todo lo que he querido contar y no he podido, no sabía como.
Volver a escribir me ha costado demasiado, estas semanas he sufrido una angustia desagradable. Quería hablar de mis ganas de llorar, mi incapacidad para hacerlo, la simpatía que me genera el personaje de Seymour Hoffman en Synedoche New York y el momento en que se tiene que poner gotas para llorar porque sus glándulas lacrimales ya no funcionan. Escribo con placer, el placer de saber que necesito decir esto y no me importa tanto como lo diga, no hay valor literario en esto, no para mi, esto es catarsis, una chorrera de cosas que hubiera querido decir antes pero pereza o bloqueo lo han impedido.

El periplo de Kanchelskis - Carta 1

Kanchelskis se fue de viaje hace unas semanas, su meta es recorrer el continente americano y decidió arrancar por Argentina. Las últimas noticias que había tenido lo ubicaban en Concepción del Uruguay, pero hacía días que no sabía de su paradero. Hasta ayer, cuando recibí la carta que ahora transcribo, todo parecía ir en orden...