sábado, 22 de octubre de 2011

Cosas que quería decirte

Me aburre con facilidad esto de escribir, me gusta el concepto, pero el hecho me resulta sumamente fastidioso. Dicen que las palabras largas ahuyentan al lector, espero no haberte ahuyentado ya, por palabras largas, -que ahora que veo no las hay- o alguna otra razón.
No solo me aburre el hecho de escribir, si no que lo que realmente me aburre es el hecho de sentir que es aburrido lo que escribo; y esto seguramente es aburrido. Igual hoy no borro, corrijo, un poco.
Hoy, que va a ser ayer cuando leas esto, se cumplió aniversario de la muerte del execrable Mario Benedetti, gran sorete hijo de puta. Pero como vos tenés o tenías, da lo mismo ya, un cierto aprecio por el, hoy cuando escuche que se cumplia el aniversario de su muerte me acordé de cuando me diste para que leyera “Gracias por el fuego” y yo por el titulo pensaba que iba a ser un libro medio filosófico y nada que ver, era una historia de amor, y no mucho mas que eso, pero una historia bien contada y me cuesta decir que estaba bien contada pero en el momento sentí que si. Y ahora no me interesa para nada volver a leerlo. Me acuerdo que también leí un par de cuentos de “Montevideanos”, pero no estoy muy seguro, capaz me lo inventé para no juzgarlo solo por un libro y quedar en evidencia. Ahora me acuerdo que leí en una antología de autores uruguayos un cuento que se llamaba “Sábado de Gloria” y ese si que me gustó. Pero me revienta que siempre tengan que haber parejas. Hoy en la radio pasaron una grabación de el recitando ese poema que dice “en la calle codo a codo somos mucho mas que dos”, y lo odié. Un reverendo hijo de puta el viejo ese, y el cornudo de Galeano también, otro reverendo hijo de puta. Margarita, a quien los dos le caían mal, un tiempo antes de morir que capaz a Benedetti lo tenía que perdonar, que no era tan malo, o algo así. Yo probablemente los odie tanto por incidencia de Marga. El asunto es que en un momento había decidido que la única forma de poner a Benedetti en el lugar que yo creo que se merece, era que muriera sentado en su wáter, desnudo, con un niño entre sus piernas, o sea, un claro caso de pedofilia que mostraría el tipo de hijo de puta que era el viejo. No fue asi, como bien sabemos, lo cual es una terrible desgracia para mi. Yo tuve que leer “La Tregua” una vez en Playa Hermosa, porque estando allá de vacaciones papá y mamá vinieron al apartamento de San José, creo que a ver a Marga, y lo vieron al viejo almorzando como de costumbre en el bar del gallego de la esquina, otro hijo de puta. Y bueno, mamá no tuvo mejor idea que volver al apartamento a buscar un libro para que Marito lo autografiara. A la vuelta me lo trajeron, “La Tregua”, firmada por Mario Benedetti, sin dedicatoria, por lo que se puede vender y capaz hasta vale algo. Esa novela es una mierda, la leí en una noche, igual que “Gracias por el fuego”, que me pareció buena aunque me rechino la parte del final, los “eeeeehhhh, eeeeehh” de los llantos me pusieron nervioso, ahora me parecen una pajería, pero “La Tregua” me pareció una porquería desde el principio. Se hicieron dos o tres películas basadas en esa novela, hay una argentina que estuvo nominada al Oscar, yo vi una mejicana que se hizo hace como diez años, erótica, pero muy mala y eso que a mi me gustan las películas eróticas malas pero esa me pareció una pérdida de tiempo total ni para pajearse daba, o capaz que si, pero solo para eso. Pah! me fui al carajo, perdón, las pelotas, no me arrepiento y dejo constancia de ello. Vos también me prestaste “La borra del café”, una edición que en la tapa tenía una foto de un pocillo de café con borra obviamente y en el platito sobre el que estaba el pocillo había un pucho apagado y me daba asco, y una vez cuando todavía se podía fumar en cualquier lado, en un bar vi que hacían eso, usaba el platito como cenicero, y me puso mal, yo sabía que así como muchas otras cosas que me molestaban, eso era culpa de Benedetti. Yo no leí ese libro, no me gusto de entrada, creo que ni lo abrí. Ese viejo de mierda, que a vos te cae o te caía bien, para mi significa todo lo que desprecio del uruguayo, sobre todo del montevideano. Me puse muy feliz el año pasado cuando con motivo de su muerte un escritor, creo que fue Fernando Savater o Juan José Saer, no sé cuál de los dos, nunca los lei, pero sé que fue uno de los dos aunque capaz no tengan nada que ver entre si, salvo que sus apellidos tienen cierto parecido. Lo que iba a decir es que uno de los dos escribió una nota diciendo entre otras cosas que todos se habían olvidado de que Benedetti había defendido a ultranza a la dictadura cubana y tratado con desprecio a los opositores al régimen que habían sido condenados como presos políticos, en fin, mientras todos le chupaban las medias, aparece este loco y cuenta una parte de la verdad, justa y necesaria, en verdad justa y necesaria.  Y yo me puse feliz porque alguien compartía lo que yo sentía, y lo podía decir y que se lo publicaran en un medio internacional. No sé porque hablo tanto de Benedetti, yo no lo perdono. Onetti, en unas cartas que se escribieron mientras este estaba en España, le dice que leyó lo último que escribió y que no le parece tan malo, pero que no tiene sangre de escritor; o yo quiero pensar que dice eso, capaz, no me acuerdo, pero lo trata con cierto desprecio, fue genial encontrar ese documento. Lo leí en una página que en su momento se llamaba borismayer.net y estaba totalmente destinada a Onetti, era la mejor página sobre el loco y la había hecho un alemán, Boris Mayer, yo le escribí y me contestó, un genio el tipo, aunque me pareció un poco frio. ¿Pero entendés?  La mejor página sobre Juan Carlos Onetti la había hecho un alemán, muy loco. Después todos se pusieron como locos cuando se cumplió aniversario de la muerte y declararon el año Onetti e hicieron mil cosas, pero la mejor página la había hecho un alemán, perdona que sea repetitivo pero me sigue sorprendiendo. El tipo subió fotos, cuentos, caricaturas, cartas, como mil archivos, mucho antes que cualquiera le diera bola, y el tipo era alemán. Ese año, 2004, cuando se cumplían diez años de la muerte de JCO, hubo un ciclo de charlas en el Centro Cultural de España, y yo fui a un par, creo que a una fui con vos, pero me acuerdo que en una de esas charlas habló un alemán que habló de la influencia de la política en la literatura de Onetti y los otros que estaban ahí medio que lo bardearon al loco, que se defendió bien, diciendo que la política está siempre representada de alguna manera en la obra de Onetti y dio ejemplos como cuando los milicos toman Santa María en una de las novelas. En fin, yo compartía lo que decía el alemán y lo que los otros no entendían era que la literatura de Onetti tocaba todos esos temas políticos pero no por eso era panfletario, porque todos son unos hijos de puta y no es necesario andar buscando efectos moralizantes, como el execrable Benedetti, que es todo lo contrario, en la calle codo a codo y me cago en el sentimiento.  Solo quiero decir una cosa más sobre MB. En una novela en la que relata el acto sexual de una de sus parejas, describe la escena y se refiere a la concha de la mina como “su sexo”. Un grandísimo puritano hijo de puta, que no se anima a decir concha, o vagina, o vulva por lo menos, no, “sexo” cual si fuera el autor de un libro de biología para escolares. Dicho todo esto paso a otro tema.

5 comentarios:

No lo pienses mucho, largalo