Si hubiera publicado esta parte de la historia como lo había prometido, es decir, un día después de la primera, se habrían perdido del documento gráfico que ahora la acompaña. El viernes antes de salir para el trabajo, mientras me ponía el pantalón, cayeron de los bolsillos unas monedas que fueron rodando hasta esconderse debajo de esa mesita de teléfono que no se qué hace en mi cuarto. Al correrla me tope con este carné que ya había olvidado y creía nunca más iba a encontrar.
Por esos años yo jugaba al basquetbol defendiendo los colores del glorioso Centro Allavena. El técnico era un señor petiso, un poco pasado de peso y con un muy mal carácter. Cuando se calentaba largaba improperios sin importarle que los destinatarios fueran niños de unos diez años. Estos podían ir desde un leve "zapallo" a un violento "¡pajero mental!" y los receptores solían ser siempre los mismos, un pibe que se
llamaba Esteban y yo. A pesar de esto, o quizás como consecuencia directa, empecé a jugar mejor. Llegué inclusive a ser pre-seleccionado para integrar el plantel de Paysandú. Pre-seleccionado, que equivale a decir que estaba entre los 60 que que decantaron en 15, pero algo es algo. Y no voy a mentir, yo me sentía orgulloso, y en parte esto se lo debía al técnico. Además entre los seleccionados quedaron varios compañeros de cuadro: el Nacho Ríos, el Agu Marr, el Tinga y el Tapi; de los que fuimos de Allavena, todos menos yo. De los otros cuadros había grandes jugadores, pero a los efectos de esta historia los que importan son dos: los hermanos Till.
Los Till
![]() |
Las Torres Gemelas |
Yo sabía que ese día iba a ser titular y que por mi posición era probable que me tocara marcar a uno de ellos. También sabía, por lo que decían mis compañeros, que uno de los dos era mejor que el otro, pero como para mi eran los dos iguales esto poco importaba. ¡Iba a tener que marcar a uno de los Till!
Los hechos que se relatan a continuación ocurrieron algún sábado del año 1997 en la ciudad de Paysandú.
Los sábados en casa se comía pasta, no cualquier pasta, pasta del Aeroclub, donde hacen los mejores ravioles con tuco del mundo -aunque usted piense que los de su abuela o su madre son mejores, se equivoca, las señoras del Aeroclub reinventaron los ravioles con tuco-. Desde que existe el Aeroclub los ravioles con tuco se pueden clasificar en dos categorías: ravioles con tuco caseros, ravioles con tuco caseros del Aeroclub, el resto es mentira.
Pero esto no es lo que nos atañe.
Ese sábado era el día en que enfrentaríamos a AEBU, a los Till, el día en que tendría que marcar a una de las dos mitades de la leyenda. Definitivamente no era un día cualquiera, no para mi.
Después de almorzar los viejos se fueron a dormir la siesta como de costumbre, y como mis hermanos no estaban yo tenía la casa sola para mi. El tema es que mientras los viejos dormían había que hacer silencio, extremo. Despertar a papá podía ser un error de trágicas consecuencias, podría haberme perdido el partido y eso era lo último que quería. Así que empecé a buscar algo para hacer que me mantuviera entretenido durante las cuatro largas horas que me separaban del encuentro.
Mis problemas de ansiedad han empeorado con los años; al día de hoy cada vez que vamos a jugar al fútbol con amigos me doy cuenta de ello. Horas antes del partido yo ya estoy vestido y pronto para salir, después espero y espero hasta encontrar algo con que distraerme, que por lo general termina distrayéndome tanto que hace que al final la preparación no sirva de nada, siempre termino llegando tarde o sobre la hora. La ansiedad me lleva a hacer cosas estúpidas, ese día no sería le excepción.
Cuadritos de colores

El partido
Las indicaciones fueron claras: "Vos marcás al 4, no lo dejes solo, que no tire, que no reciba, nada"
Entré hecho un demonio, al minuto me había convertido en la versión basquetbolera del Ruso Pérez y como tal empecé a hacer faltas sin darme cuenta. Pasados dos minutos ya acumulaba tres faltas, lo suficiente como para que cualquier técnico decida llamarme al banquillo y hacer un cambio, pero eso no sucedería. El Till me mira, me enfrenta; ya todos deben saber que mi técnico quiere quemarme, todos menos yo. Hace una finta, amaga y me pasa dejándome sin otra reacción que tirar el manotazo: cuarta falta. Miro al banco y nada, sigo jugando. Minuto cuatro, el Till me vuelve a enfrentar, tira, rebota, yo salto buscando disputar una pelota a la que nunca voy a llegar, el juez pita y yo miro las señas que hace con sus manos, es mi número. Dirijo mi mirada a la mesa para constatar lo que ya sé y veo como uno de los integrantes levanta el cartelito con el número 5. Fin del partido para mi. Camino lento hacia el banco sin saber qué hacer, una parte de mi ha dejado de existir, soy un ente. Algunos intentan consolarme, yo no hablo, el técnico no me mira. Todavía faltan 36 minutos y yo no voy a volver a entrar. Se supone que tengo que entender algún tipo de lección.
Epílogo
La historia podría terminar acá, pero no, no es así, estaría omitiendo una parte fundamental. No recuerdo como término el partido, no sé si ganamos o perdimos, supongo que perdimos, supongo que sentí que había sido mi culpa. En el momento no supuse. Fastidiado y casi paranoico me imaginé que uno de los rivales me había dicho algo, se había burlado o lo que fuera. Lo esperé a la salida y lo invité a pelear, lo insulté y le increpé su actitud. Sin dudas estaba furioso. El gurí me miraba sin saber qué hacer. Algunos compañeros fueron apareciendo, nadie entendía lo que pasaba. Yo seguía buscando pelea, nunca en mi vida había hecho algo parecido, no sabía cómo hacer pero insistía. Continué en mi posición intentando hacer entrar al otro, pero nada. Me miraba sin entender que estaba pasando; él estaba feliz y yo le estaba arruinando el momento. Creo que terminó optando por pedirme disculpas. Me sentí el imbécil más grande del mundo, odié el papel contac.
Si, ya sé, una cagada, pero ta, había que terminarla. Sepan disculparme.
ResponderEliminarBah, cagada no, Juan Sebastián, debe ser buen ejercicio recordar. Pegarte papel contac en todo el cuerpo? Todavía lo haces, cuando nadie te mira??
ResponderEliminarMuy entretenido, Quién.
Saludos.
Últimamente es el único ejercicio. Ahora cuando nadie me mira me trasvisto, pero no le digas a nadie.
EliminarSaludos!
Entretenido, es largo de más, pero disfrutable!
ResponderEliminarSobra, sobra, pero si lo disfrutó y lo entretuvo me alegro, no pretendo mucho más...
EliminarPsss el final no me gustó. Eso te pasa por tener la necesidad de que todo termine y que haya un final acorde. Creo que la parte de epílogo es completamente desechable. El resto, maravilloso, hermano!
ResponderEliminarAbrazo
Siempre algo va a sobrar o faltar, no importa, quedará así. Gracias igual por el maravilloso, abrazo!
EliminarSi, más bien, pero no está mal que lo diga no? Si te ofendés sos marica
EliminarSoy marica pero no me ofendo.
Eliminar"Pajero mental!!! Te masturbás con la mente vos?!" Palabras que calaron hondo. xD Nos ve!
ResponderEliminarFede! Qué bueno verte por acá, hondo calaron, es verdad. Nos vemo pibe!
EliminarNo hagas caso, Pereira. Bien está todo, incluido que tenga un final algo emocional. No soporto la fiebre de finales elípticos que acortan los relatos y los dejan tan abiertos que parece que quien los lee tenga que agarrar y escribirselo él solito.
ResponderEliminarGracias Francesc! Esa va para vos Sigma...
EliminarRecién terminé de ver 30th Century Man, me partió la cabeza, gracias nuevamente.
Hombre, no era para Sigma. Me alegro que te gustara 30th Century Man. Supongo que te fijaste quienes estaban sentados en el sofá al ritmo de The old man´s back again...
EliminarOtro post que me inspiráis, coño !!
Si, si, vos decí que es para él. Los vi clarito a los tres muchachos, ¡qué tema! Espero ese post
EliminarJjaja que maldad che! No seas malo, si sabes que me gustó el relato!
EliminarJajaja Ya sé, no te hagas la cabeza, estamos jorobando!
EliminarMagnifico relato, de seguro andabas en la movida de la coca cola en los championes, Coca~Cola incremento sus acciones considerablemente gracias a jóvenes con ganas de llegar a la cima de la NBA.. muy buen relato :)
ResponderEliminarConsulta a parte: tenes idea si los mitologicos "Sergio y Victor" andarán por le heroica este fin D para el cumple de la menor de los Verlo's ??
Abrazo Musulman
Gracias querido! Podía ser Coca-Cola, pero algunos también usaban limón, yo prefería resbalar, el que andaba en esa era Llambías! Sergio y Victor tienen fecha este viernes en la sede del LTA FC (San José) y les encantaría poder estar en la heroica de la menor pero me parece que no va a ser. Abrazo Canibal!
Eliminarpaaaa seba que manera de reirme! GEEEENIALLLL!!! vamo arriba ya espero el contat 3.abrazo hermano! ceci
ResponderEliminarCeci! Qué bueno que te haya gustado! No sé si hay parte 3, creo que no. Se viene La Saga de La Esmeralda y alguna carta al pequeño y alguna otra cosa, veremos que sale primero. Abrazo!!
EliminarA mí me gustó! Aunque es cierto que lo hubiera rematado más a lo bestia. No sé, tal vez arrancándote la camiseta y gritando "POR QUÉ A MÍ, SEÑOR??!!!" mirando al cielo..:)
ResponderEliminarMe encantan tus "excusas" para escribir. Desde luego a mí me dicen papel contact y me quedo en blanco. Cada uno tiene su botoncitos disparadores.
Abrazo amigo!
Gracias Talita! Últimamente estoy recordando mucha cosa, trato de ser fiel a los hechos, a veces demasiado fiel quizás. Pero esta bueno porque en general me siento cómodo escribiendo estas cosas. Aunque te prometo que voy a dejar de lado los deportes por un tiempo.
EliminarAbrazo!
A mí me gustó! Aunque es cierto que lo hubiera rematado más a lo bestia. No sé, tal vez arrancándote la camiseta y gritando "POR QUÉ A MÍ, SEÑOR??!!!" mirando al cielo..:)
ResponderEliminarMe encantan tus "excusas" para escribir. Desde luego a mí me dicen papel contact y me quedo en blanco. Cada uno tiene su botoncitos disparadores.
Abrazo amigo!
Oops! Salió repe!
EliminarMe gustan mucho las anécdotas de la niñez. Son esas historias que nos acompañan todo el tiempo y la que nos marcan. Algo habrá quedado de las siestas paternas, del técnico y su actitud. Algo siempre es reconocible, como la ansiedad. Te escribo todo esto cuando acabo de pegar una lámina de papel contac negro en mi escritorio para tapar viejas quemaduras de cigarrillo en la madera.
ResponderEliminarA mi me gustan mucho también, las tuyas en particular me despiertan algo especial. La de Tarzán por ejemplo. Quedó todo, especialmente la ansiedad. No quemes el contac Germán, por favor te lo pido!
EliminarJajaja pajero mental! Me cagué de risa
ResponderEliminarCabeza, mandá algo que el periplo sigue, no?
Eliminarclap clap clap
ResponderEliminargenial seba quien pereira, el relato es muy bueno, los personajes, todo, genial
saludd
Grazie Tito!
Eliminarjaja, hago mías las palabras de Kanchelskis, es más voy a sustituir la clásica puteada "sos una verga" por "vos sos pajero mental"
ResponderEliminarPero me parece perfetto!
EliminarExcelente Seba, toda la culpa la tuvo el técnico, mucha presión. Ese ser sí que era odioso, buen técnico pero de muy mal carácter un "abusador" de menores.
ResponderEliminarFue la causa de por qué me fui de la institución sin antes aventarles todo el canasto de pelotas para el medio de la cancha.
Que cacha horrible la de AEBU para jugar, muy chica y los aros muy bajos donde la ventaja de altura de los Till era mucho más evidente.
El Asiático
Que genio! Apareciste hermano, al fin un testigo directo. Buenazo que te haya gustado, abrazo!
EliminarAh!, entonces todo el relato del "papel contac" tenía un final; y además uno bueno.
ResponderEliminarComo diría un buen amigo: "muy vívido todo"
Me gustó mucho.
Saludos!
Uy,yo pensé que al final te llevabas una capina por haber recortado el papel! Muy bueno!
ResponderEliminarTa' buena la historia, Quien. Sería más contundente si le sacás todo lo que no es esencial (el "ripio", como diría Borges). Pero tiene ese "algo" de anécdota de viernes a las 2 de la mañana que hace que igual el relato fluya, que se acerque más al relato hablado que al escrito. Y eso, en este caso, es bueno.
ResponderEliminarSaludos
Huau! genial
ResponderEliminarQuien me dice , si el papel contac es el q se usa para cambiar el color de los autos..
ResponderEliminarCreo que no che, pero todo puede ser
EliminarExcelente historia! El técnico era el viejo Montes de Oca? Yo lo tuve, y te cagaba a pedos! ja
ResponderEliminarSeba! Era el mismo. Abrazo!
EliminarEs buenisima la historia, yo jugue en AEBU muchos años y con los till algunos, creo que encontré un logro para poner en mi carrera basketboler. Muchas Gracias
ResponderEliminar