miércoles, 26 de octubre de 2011

Divagando

-No tengo nada para decirte, tenés razón.
¿Estás felíz ahora? Se nota que sí, aunque digas que no y sigas argumentando y dándole vueltas, se nota que si. Ya está.
Fue decirte eso y se te transformo la cara, ahora seguís porque no te la esperabas, no podés dejar el repertorio por la mitad, pero ya no estás tan seguro de lo que vas a decir. Ya no te escucho, cumplí mi parte y ahora estoy tranquilo, ¿falta mucho?
-Perfecto, ¿nos podemos ir ahora? 
Ah... Todavía falta esa parte, me había olvidado, tengo que decirte eso que querés escuchar, porque acá es cuando tengo que decirlo en realidad, ¿no? Está bien.
-Tenés razón, no tendríamos que haber salido de casa. ¿Vamos ahora? 
Me da un poco de rabia salir tan poco, pero estas discusiones hacen que valga la pena.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

No lo pienses mucho, largalo