No hablo solo

-Te extrañé.
-Calláte, no le digas eso, fue una semana solamente, ¿a dónde querés llegar?
-No sé, pero creo que gusto tuyo. No tuyo, de ella, de la persona con la cual quisiera estar hablando en lugar de vos. ¿Qué hacés acá?
-Soy tu consciencia, y estoy acá para ayudarte, para evitar que cometas un error.
-Me di cuenta, pero ¿dónde estuviste todos estos años? Yo nunca antes había tenido consciencia, es un poco tarde para aparecer me parece.

-Nunca es tarde para conscientizarse.
-¿Y por qué ahora?
-Porque ha llegado el momento de tomar decisiones complejas querido mío.
-Mirá, me las he arreglado bastante bien tomando desiciones inconscientes durante más de veinticinco años, no entiendo porque debería cambiar ahora. ¿Vos cobrás? ¿qué ganás con esto? ¿te mandan del Clearing? Si es así, decíles que no pienso pagar, que voy a esperar hasta que caduque la deuda, no pienso asumir un costo que no me corresponde.
-Tranquilo, no vengo en representación de nadie, ni me pagan, ni me importan tus deudas. Sólo quiero ayudarte.
-Bueno, a mi me gusta esta mina y quiero decirle que la extrañe y que tengo ganas de verla.
-¡Pero pasó solamente una semana desde la última vez que la viste!
-Si, ¡pero me gusta mucho!
-¡No se lo digas!
-Decíselo, pero por mail.
-¿Y vos quién sos?
-Soy tu segunda consciencia.
-¿Cómo? ¿tengo dos?
-¡NO! Tenés una sola y soy yo,  y te ruego consideres lo que vas a hacer, mas por favor te pido no le hagas caso a este farsante.
-Me perdí.
-Permítame explicarle estimado. Tanto él como yo somos parte de su consciencia. Todo este tiempo has prescindido de nosotros pero por alguna razón ha llegado el momento de que empieces a tener cierto control de tus actos.
-¡Me están interviniendo! ¿me están interviniendo?
-De ninguna manera, esto es como una visita médica, digamos...
-No creo en los médicos ni en la medicina moderna.
-Lo bien que hacés, esto no es para nada lo que dice este señor. Estamos, estoy en realidad, éste no sé que hace acá, pero en fin, estoy acá porque el destino ha dicho que ha llegado el momento de que tomes una decisión con cierto grado de consciencia.
-¿Y por eso me enchufan dos ahora?
-¡Tres!
-¡NOOOOO!
-Sobregarga de consciencias...
-No sé quien soy.
-Yo tampoco.
-Yo sí, ahora huyan ustedes que desconocen su propia identidad.
-¡Silencioooo!
-Ehmm...
-¡Sshhh! Pedí silencio, ¡por favor!
-Me parece que no tenés ningún derecho a pedir que nos callemos, vos sos tan consciencia como nosotros.
-Yo soy un ser humano que hasta ahora desconocía la existencia de la consciencia, y por lo que tengo entendido ustedes nunca estuvieron cuando los necesite y ahora que quiero hacer algo sin pensar se me aparecen de la nada y esperan que les crea.
-¡Por tu bien!
-Por tu bien no le hagas caso a esta consciencia que quiere callar tus sentimientos.
-Por mi hacé lo quieras, yo vengo por la promoción, no me interesa meterme en tus asuntos, hagas lo que hagas yo te voy a apoyar.
-¡¿Qué promoción?!
-Por cada dos consciencias, una extra de regalo.
-¿Y quién pagó por las otras dos?
-Tu padre, Estiben Acosta, ¿no?
-No, no conozco a ningún Estiben Acosta...
-Che, creo que le erramos... Vamos a tener que arrancar.
-Justo ahora que se estaba poniendo bueno.
-Yo no, yo vengo de regalo, conscientemente soy inservible, nadie me necesita así que me puedo quedar.
-¿En serio? ¡Qué demás! ¡Quedáte por favor!
-Claro, dame un segundo nomás que tengo que arreglar el papeleo. Tendrías que firmar por acá.
-¿Y esto es seguro?
-¡Obvio!
-Algo me dice que esto es una inconsciencia.
-Yo no, jamás haría algo así.